lunes, 29 de marzo de 2010

entrevista...

¨Soy parasicólogo, mentalista y rezandero¨
En entrevista telefónica, logramos comunicarnos con don José María, parapsicólogo y dueño de un consultorio especializado en temas paranormales, quien nos conto todo acerca del mítico campo de la ¨brujería¨. Su consultorio se encuentra ubicado en Madrid Cundinamarca; este señor con 46 años de edad afirma que tiene dones paranormales desde que nació.

Entrevista y fotografía: juliana Restrepo paramo.

JULIANA: ¿En qué consiste su trabajo?
JOSE MARIA: Mis capacidades son muchas, yo rezo fincas, ganado, carros, cultivos, saco salamientos, hechizos bebedizos y lo más importante, mostramos el rostro de la persona que le hace el mal, también deparo el futuro, leo las cartas, la mano y el péndulo y también el cigarrillo.



J: ¿Qué servicio es el que más solicita la gente?
J m: Acá piden muchos números de chance, de lotería y consultas acerca del amor, si les son infieles o no, y otras cositas, como cura para enfermedades, eso es como lo más común.

J: ¿Tiene usted alguna preparación académica para ejercer esto o como adquirió esos ¨dones¨?
J M: No, no, estudios ninguno, yo soy campesino, pero es que esto es algo con lo que se nace y uno con el tiempo lo aprende a manejar y lo perfecciona sin ningún estudio; mi papa era mentalista y yo creo que este don me lo heredo a mí y no solo mi papa, si no mi abuelo y gran parte de mi familia.

J: Usted dice que es mentalista igual que su padre; ¿cuando y como descubrió que tenía ese ¨don¨?
J M: Yo soy parasicólogo, mentalista y rezandero, es que para eso, uno tiene que saber de todo un poquito, pero no es que un día me desperté y ya soy brujo!! Eso es un proceso, desde muy pequeño yo me di cuenta que tenia poderes paranormales, que los espíritus me buscaban y al principio da miedo, pero con el tiempo uno se da cuenta que son poderes que le da dios y que lo que uno tiene que hacer con eso es ayudar a la gente y guiarla, mejor dicho usar esos poderes para el bien de los demás.

J: Si su propósito es ayudar a la gente ¿por que cobrar 10 mil pesos por consulta, sin contar con lo que me imagino que cobra por otros tratamientos?
J M: Uno ayuda a la gente, pero para eso necesito sobrevivir, si no fuera por eso ese negocio no se sostendría y mi familia tampoco; hay que comprar las hierbas, los inciensos, hay que pagar el local y responder por un mundo de gastos más, que sin eso no sería posible, además son solo 10 mil pesos que le pueden cambiar la vida.


J: Es curioso el hecho de que solo atienda los martes y viernes ¿por qué?
J M: En esta labor el nivel de cansancio mental es muy alto y considero que esos son los días apropiados para desconectar mi mente del mundo terrenal, desdoblarme si es necesario y activar ese tercer ojo que tengo que permite entrar a otra dimensión, todo esto cansa mucho la mente el cerebro, por eso no se puede hacer todos los días.


J: ¿Y el resto de los días a que se dedica?
J M: Yo tengo. Una finca y los otros días me dedico a trabajarla con mis dos hijos.

J: ¿Acude mucha gente a su consultorio?
J M: Siempre, los días de consulta son llenos, claro que hay gente que se encarga de hacerle mala fama a uno, por eso a mí no me gusta andar hablando con todo el mundo, porque eso después es para problemas, que eso es un robo, una perdedera de tiempo, que uno es un mentiroso, que todo es mentira; igual yo tengo todos los papeles del local en regla, de todas maneras la gente sale contenta, porque uno es acertado en lo que hace.
Claro que los charlatanes que engañan a la gente con eso abundan, pero no todos son iguales, u pa´que pero mis clientes han visto los resultados y ya me tienen fe, a mí y a la niña que les lee el péndulo porque yo eso si no lo hago ni la bola de cristal tampoco; pa´que meterse uno en lo que no sabe y después quedarle mal a la gente, no hace mucho que yo tengo este negocito acá, pero siempre es que les ha gustado y yo también me amañe.

J: ¿Usted se considera igual a los demás, a pesar de las capacidades que dice tener?
J M: Claro, yo soy igual que todos, es que todos somos iguales ante los ojos de dios, yo vivo normal y todo es igual, solo que soy un poco penoso para estas cosas, y de todas formas como le dije, la gente habla mucho y dirán que es que uno es antipático, pero no, todo muy normal; a, y otra cosita, es que aquí no se obliga a nadie, todos vienen por su voluntad, por su propia cuenta; son muchas cosas pero yo vivo contento.

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